UNA AGENDA CON EL PADRE - YENDRI ROMAN - ESTUDIO BIBLICO Y PREDICA.

UNA AGENDA CON EL PADRE

(El Espíritu Santo no improvisa, ordena y organiza).

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” — Juan 16:13 (RVR60)

Desde el principio, el Espíritu Santo ha sido el ordenador divino, el que revela el propósito y marca el ritmo celestial.
Él no improvisa, nos guía paso a paso hacia la verdad, enseñándonos a vivir bajo dirección, no bajo impulso.
Por eso, tener una agenda con el Padre es permitir que el Espíritu Santo determine el rumbo de nuestros días, nuestros pensamientos y decisiones.

🔹 La improvisación sigue emociones; la agenda sigue al Espíritu.


LA AGENDA DIVINA NO IMPROVISA:


“Pero hágase todo decentemente y con orden.” — 1 Corintios 14:40
Desde el principio, Dios mostró Su carácter organizado.

En la creación estableció un orden perfecto: “Y fue la tarde y la mañana, el primer día.” Cada acción del Padre estuvo planificada, nada fue accidental (Ni tú ni yo somos un accidente).

Tener una agenda con el Padre es reflejar ese principio eterno. Es permitir que Su Espíritu nos guíe a ordenar nuestros día a día, nuestras decisiones y nuestras prioridades.

En la improvisación no hay dirección; en la agenda hay propósito.



EN LA AGENDA SE DA UN LUGAR; EN LA IMPROVISACIÓN, SE BRINDAN SOBRAS:

Mateo 6:31-34
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”

Jesús estableció el principio del orden espiritual de prioridades. Cuando Dios no ocupa un lugar definido en nuestra agenda, terminamos dándole las sobras de nuestro tiempo.
Darle un espacio en nuestra planificación no es religión, es honra consciente. Él no pide todo tu día, pero sí el primer lugar en él.
La agenda revela a quién honras; lo que no agendas, lo olvidas.

TIEMPO DE CALIDAD: EL LENGUAJE DEL AMOR DE DIOS:

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

El tiempo de calidad es la forma en que el amor se expresa. Jesús no oraba de paso ni de prisa; se apartaba para encontrarse con el Padre.
Dios también busca ese tipo de amor: uno que se detiene, que escucha, que mira, que se queda, que no anda de prisa.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
El Padre no busca visitas, busca convivencia diaria. No quiere lo que sobra, sino lo que amas dar.

UNA CITA, NO UN ENCUENTRO CASUAL:

Y salía muy de mañana, siendo aún muy oscuro, y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.”

Jesús tenía una cita planificada con el Padre cada día. Eso es tener una agenda espiritual: saber cuándo y cómo te encontrarás con Dios.

Un encuentro casual puede ser emotivo, pero no transforma; un encuentro planificado establece dirección.

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.”
No dice “el que visita”, dice el que habita. Habitar es permanecer.

Los encuentros genuinos producen transformación —como en Moisés, su rostro resplandecía tras su tiempo en la presencia—. Jesús fue transfigurado en la presencia
 Los encuentros superficiales solo producen emoción momentánea.


EJEMPLO DE AGENDA DIARIA (24 HORAS CON EL PADRE):

06:00 AM - Oración y adoración (Jesús oraba temprano)
07:00 AM - Lectura y meditación de la Palabra (“Lámpara es a mis pies tu palabra”)
12:00 PM - Gratitud y reflexión (“Dad gracias en todo”)
06:00 PM - Devocional familiar (“Yo y mi casa serviremos a Jehová”)
09:00 PM - Evaluación del día y oración final (“En paz me acostaré y asimismo dormiré”).
Tu agenda revela en quién confías; si no hay espacio para Dios, confías solo en ti, y esto te lleva a un vacío.

IMPORTANCIA DE AGENDAR CON DIOS Y NO IMPROVISAR:

a) Agendar lo importante antes que lo urgente:


Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Dios estableció tiempos para todo.
Lo importante, siempre tiene que ver con lo eterno: tu familia, tu espíritu, tu relación con el Padre.

Cuando agendas estas cosas, tu vida se alinea con Su ritmo.

b) Lo emergente vs. lo importante:

Cada día surgen urgencias que buscan apartarte de lo esencial. Marta estaba ocupada en lo urgente; María se enfocó en lo importante.

Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte.”

Lo urgente busca tu reacción; lo importante pide tu devoción

METÁFORA: LA AGENDA COMO ALTAR DIARIO:

Tu agenda es como un altar.
Cada espacio que reservas para Dios es un sacrificio de tiempo, energía y atención.

Si tu agenda está vacía de Dios, tu altar también lo está.

Así como Elías reparó el altar caído antes de que descendiera el fuego, tú también debes reparar tu agenda para que el fuego del Espíritu no se apague.

“No apaguéis al Espíritu.”
Una agenda espiritual es un altar encendido.

UNA AGENDA CON PROPÓSITO:

Una agenda con propósito consiste en priorizar el llamado, la obediencia y la entrega al Padre.

Cuando tu agenda refleja tu llamado, tu tiempo se convierte en un acto de adoración.

Cuando obedece la voz del Espíritu, se transforma en una herramienta de dirección espiritual.

Y cuando te rindes ante la voluntad del Padre, deja de ser un simple calendario para convertirse en una ruta al trono, a ver cielos abiertos.

Porque el propósito no se improvisa, se discierne, se anota y se vive con intención.

CONCLUSIÓN: UNA AGENDA ETERNA:

Tener una agenda con el Padre es vivir con propósito y dirección. Es permitir que cada día sea una cita planificada con el Creador.

No se trata de rutina, sino de honra y amor intencional.

“Una cita con Dios no se improvisa, se espera, se anhela y se prepara.”

“El que habita, no el que visita, permanece bajo Su sombra.”

En la improvisación no hay dirección; en la agenda hay propósito.
Dios no bendice el desorden, sino la obediencia.

La improvisación vive del impulso; la agenda vive del propósito.

Una vida que agenda con Dios es una vida que camina segura, dirigida, y llena de fuego, como en los días de Moisés y Elías, cuando Su presencia se hacía visible sobre quienes ordenaron su altar y su tiempo para Él.

 

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